Para entender el por qué es un privilegio, lo primero que hay que saber es que la Iglesia católica, durante el tiempo que antecede a la Navidad, llamado Adviento, invita al arrepentimiento y preparación para la llegada del Señor.
En coherencia, las oraciones, cantos y vestimentas litúrgicas deben estar acordes a la penitencia y al recogimiento. Sin embargo, en las Iglesias de Venezuela, cantar aguinaldos, villancicos, incluso gaitas durante este tiempo, más que común es una tradición.
Aunque las “misas de aguinaldos” tienen origen en los primeros tiempos del cristianismo y también se realizan en España y Filipinas, existe un hecho que quizás muchos desconozcan; en ningún otro lugar se realizan misas de aguinaldos como las vivimos aquí. Con música, cantos alegres y además compartir comidas, bebidas y dulces al finalizar.
Esto privilegio fue otorgado por el Papa León XIII en Bula del 7 de septiembre de 1.888 (Ad universam), donde aprueba la introducción de cantos de parranda y además, permite a los sacerdotes usar los ornamentos blancos, en lugar de los morados durante estas misas.
Las nueve misas de aguinaldo, que van del 16 y el 24 de diciembre, representan los nueve meses de la gestación expectante de María y el camino espiritual hacia Belén.
La tradición de celebrarlas en horas de la madrugada tiene un sentido simbólico que refleja la llegada del Mesías: el pueblo de Dios, que se encuentra a oscuras y espera la llegada del Salvador. La madrugada simboliza entonces la preparación, con la actitud de quien aguarda un anhelo.
Por favor, coméntanos, alguna experiencia bonita relacionada con esta tradición tan venezolana.
Por Norberto Rincón Meleán / Campo, Café y Ciudad.