El concepto “maleza” es un término relativo, de origen económico, y no biológico. En general en el sistema ganadero se acepta esta definición para aquellas especies de plantas no deseadas, que reducen el rendimiento y calidad del recurso pastizal, incrementado los costos de producción, y por ende disminuyendo los beneficios económicos de la unidad de producción.
Las malezas dentro de los potreros causan diversos efectos negativos, que se ven reflejados ineludiblemente en el balance de ingresos y egresos de la finca, entre los más significativos podemos mencionar: reducen la densidad y cobertura de los pastos establecidos, disminuyendo el rendimiento de materia seca de pasto por unidad de superficie y por tanto la carga animal; afectan el valor nutritivo de la biomasa y por consiguiente la respuesta del rebaño en cuanto a ganancia de peso y producción de leche.
Algunas de estas plantas indeseables pueden causar intoxicaciones o daños físicos a los animales, afectando su salud y la economía de la finca, causan la depreciación de la finca e incrementan los costos de producción del sistema ganadero.
Bajo un buen manejo del pastizal no debemos permitir que aquellas especies definidas como malezas, lleguen a ocupar más de un 10 % de la superficie del potrero.
Debe tenerse en cuenta que siempre es más económico el prevenir que controlar malezas. A las malezas se les gana con planificación. Debemos mantener presente que el ignorar las especies de malezas en los potreros, resulta costoso para nuestra unidad de producción. En próximos artículos estaremos ampliando la discusión de diferentes alternativas para su manejo eficiente en tus pastizales.
Por Werner Gutiérrez Ferrer /
Campo, Café y Ciudad /
Tecno Consultores Venezuela C.A / AgroSurla C.A